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Algete, un encantador municipio que parece emerger de un cuento, se encuentra ubicado al norte metropolitano de la Comunidad de Madrid. Su nombre, un enigma intrigante, nos lleva a viajar en el tiempo, explorando sus raíces históricas que parecen fusionar leyenda y realidad. Las teorías sobre su origen son tan variadas como las flores en primavera: algunos sugieren un matiz árabe, "al-Satt," que evoca la orilla o ribera del río Jarama, mientras que otras fuentes inclinan su origen hacia un trasfondo íbero, conectándolo con "elge" o "elke," cuyo significado, campo cultivado, se transforma en el evocador "Elgeta."
En este idílico rincón, las huellas del pasado abren ventanas a épocas remotas. Los vestigios de la Edad de Hierro, reflejados en la cultura campaniforme, parecen encontrar su hogar en las terrazas de la vega del río Jarama. Los ecos de las villas romanas y antiguos asentamientos visigodos resuenan en cada rincón.
La cercanía a la vibrante ciudad de Madrid, a tan solo 33 km al noroeste, no impide que Algete revele su propio esplendor natural. Su geografía despliega dos áreas notables: las suaves colinas orientales, donde se encuentra el evocador casco histórico, y el llano del Campo al oeste. Entre ellos, una llanura que desciende con gracia y majestuosidad hasta el río Jarama, aportando un toque de serenidad y frescura. En este escenario, digno de un cuadro impresionista, la avifauna se convierte en la protagonista, con las abubillas, abejarucos y tordos pintando su música y color en el lienzo natural.
La agricultura, arraigada en su historia, sigue teniendo un papel destacado, pero el pulso de la modernidad ha tejido nuevas oportunidades, con el desarrollo industrial que avanza gradualmente.
El municipio, testigo de la transformación y el crecimiento, ha sido testigo de un notable aumento poblacional. Desde el censo de 1975, con menos de 2.000 habitantes, hasta los 18.176 residentes contabilizados en 2006, Algete ha experimentado una metamorfosis notable, floreciendo en comunidad y diversidad.
A pesar de las corrientes cambiantes del tiempo, el nombre de Algete, aunque con raíces en el árabe, aún guarda ciertos secretos en su significado ancestral, una puerta que invita a explorar su historia y desvelar los misterios que yacen en sus raíces.
Desde la perspectiva del patrimonio histórico y artístico, Algete alberga un tesoro invaluable: el retablo del siglo XVII que adorna la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Un testamento artístico que revela su pasado y su devoción. Esta iglesia, de estilo plateresco, una joya por derecho propio, precede al retablo en un siglo, uniendo dos épocas y legados. El renombrado pintor barroco de origen italiano, Vicente Carducho, dejó su pincelada maestra en estas paredes, dotándonos de pinturas que son verdaderos tesoros.
El Barrio Arrabal, un crisol de historia en cada calle, desde Alcalá hasta Santa Ana, Azahar, Virtudes, Travesía de Virtudes y el arroyo de la Cerrada, encuentra en su esencia las raíces de Algete. La ermita de la Concepción, ubicada en el cerro que lleva su nombre, cerca de la pintoresca Urbanización Valderrey, guarda los vestigios de su antiguo esplendor. Muros de la capilla, cimientos de la ermita y misteriosos hoyos o hendiduras que nos invitan a imaginar espacios ocultos bajo tierra. Este lugar elevado, enriquecido con vistas panorámicas que rozan la belleza surrealista, es un epicentro de leyendas. Desde la posibilidad de haber albergado un templo pagano de tiempos ancestrales hasta los cuentos de una fortaleza donde una reina mora vivió y desapareció en el velo del tiempo, cada rincón de este cerro es un portal al pasado.
Las festividades patronales son un faro en el calendario de Algete. El 14 de septiembre, en honor al Santísimo Cristo de la Esperanza, se inicia un período de celebración que se extiende desde el jueves anterior hasta el lunes siguiente, llenando el aire de alegría y unión comunitaria. La última joya en la corona festiva llega el último domingo de mayo. Es un día dedicado a la Virgen de las Flores y su Hermandad (Corte de María), una hermandad única, compuesta exclusivamente por mujeres, un testimonio de la diversidad y fuerza de la comunidad local. El sorteo de un cordero, como símbolo de esta festividad, añade un toque especial a la tradición. Además, en años recientes, esta fecha significativa se convierte en el momento de la elección de la reina y las damas que brillarán en las Fiestas de septiembre, fusionando pasado y futuro en una celebración llena de promesas.
Algete, con su enigma etimológico, su intrincada historia y su espíritu de comunidad, es más que un lugar en el mapa, es un mosaico de culturas y tiempos, un escenario donde pasado y presente bailan en armonía, invitando a todos a descubrir sus secretos y unirse en celebración. Cada rincón, cada tradición, cada leyenda es un hilo en la rica narrativa de Algete, una historia que merece ser contada y vivida.