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La historia de Aranjuez, conocida como el Real Sitio y Villa de Aranjuez, es un viaje fascinante que se encuentra a una cómoda distancia de aproximadamente 50 minutos en coche desde el bullicioso centro de Madrid, lo que la convierte en una opción idónea para una escapada de un día y para descubrir una de las más exquisitas joyas que engalanan la Comunidad de Madrid. Esta encantadora localidad es una amalgama perfecta de una historia rica y resonante, una cultura que fluye en abundancia, la pureza y serenidad de la naturaleza en su estado más puro y una exquisita y auténtica gastronomía, que proviene en gran medida de las prolíficas huertas que se nutren con las frescas aguas del majestuoso río Tajo.
A lo largo de las sinuosas orillas del río Tajo, Aranjuez invita a inolvidables paseos, ofreciendo la posibilidad de hacer pausas en enclaves de carácter cultural, contemplar sitios de gran relevancia artística y deleitarse en establecimientos de restauración que ofrecen la máxima calidad culinaria. Los jardines de esta villa son auténticas obras maestras vivientes de la naturaleza, perfectamente integrados en el rico patrimonio artístico e histórico de la ciudad. El Paisaje Cultural de Aranjuez ha sido merecidamente reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO desde el año 2001, en virtud de la armoniosa fusión de trabajos paisajísticos, magníficas obras arquitectónicas y creaciones artísticas que abarcan varios períodos trascendentales de la rica Historia de España, destacando con especial énfasis los logros inigualables del glorioso siglo XVIII.
Desde los últimos compases del siglo XV, Aranjuez fue designado como Real Sitio por mandato de los influyentes Reyes Católicos, sin embargo, fue durante los espléndidos reinados de los monarcas pertenecientes a la eminente Casa de Austria cuando se emprendió la ambiciosa construcción de suntuosos palacios que alcanzaban la grandeza de las mejores épocas de la arquitectura europea y exuberantes jardines que confirieron un resplandor magnífico a esta villa. Durante la espléndida época de los reinados de Carlos III y Carlos IV, Aranjuez experimentó su cúspide, consolidándose como el elegido destino de las vacaciones de la itinerante Corte, y el Palacio Real adquirió la forma grandiosa y majestuosa que hoy podemos admirar.
Los apasionados amantes de la naturaleza hallarán un goce inmenso en el pintoresco entorno de la ribera del Tajo, con sus encantadores sotos, los cuales son bosques de ribera, y las huertas históricas que rodean el municipio, que en épocas pasadas abastecían con generosidad las despensas de la resplandeciente Corte.
A lo largo y ancho del calendario, Aranjuez despliega un ambiente cultural que vibra con una energía emocionante y contagiosa, ofreciendo actividades que despiertan un atractivo universal. Eventos de relevancia internacional, como las siempre llamativas fiestas del Motín, atraen la atención de los visitantes, y también se celebran festivales musicales destacados, como el prestigioso Festival de Música Antigua. Lugares icónicos como el elegante Teatro Real Carlos III o el culturalmente rico Centro Cultural Isabel de Farnesio se convierten en los escenarios de eventos culturales sobresalientes, que aportan un toque distintivo al rico panorama de la villa.
El valioso patrimonio de Aranjuez es un tesoro que incluye lugares notables y memorables, como el afamado Jardín del Rey, un exquisito "Jardín cerrado" que se alza frente a la noble fachada meridional del Palacio Real, representando un ejemplo emblemático de la influencia mudéjar y renacentista italiana, características que distinguen y enriquecen de manera indeleble los Palacios Reales españoles de la destacada época de los Austrias. Asimismo, encontramos la valiosa y singular Casa-Museo de Marinos, erigida con devoción en las inmediaciones del pintoresco embarcadero del Jardín del Príncipe, como un sentido homenaje a las actividades marítimas que marcaron el magnífico siglo XVIII, y con la noble misión de preservar embarcaciones históricas de un valor inestimable, que constituyen un testimonio vivo de la relación de esta villa con las aguas que la circundan.
La encantadora y animada Plaza de San Antonio, ubicada en el pintoresco casco antiguo y adyacente a los renombrados Jardines del Parterre y de Isabel II, ostenta con orgullo el título de ser el corazón mismo de Aranjuez, siendo un punto neurálgico de gran relevancia que palpita al ritmo de la vida de la villa. Además, las dignas Casas Reales, un conjunto de residencias edificadas con la noble finalidad de albergar a los imprescindibles empleados que contribuyen al funcionamiento impecable del Palacio Real, se integran de manera crucial en la rica historia y la arquitectura imponente y elegante de esta villa, desempeñando un papel fundamental en la vida cotidiana de esta comunidad.
Aranjuez se presenta como un destino que logra ofrecer un equilibrio excepcional entre historia impregnada de grandeza, cultura enriquecedora, naturaleza que cautiva los sentidos y una gastronomía que es un auténtico deleite para el paladar, convirtiéndose en una visita absolutamente imprescindible para aquellos espíritus inquietos que desean explorar y sumergirse en la belleza, la riqueza cultural y la apacible serenidad que la Comunidad de Madrid tiene para ofrecer. La ciudad de Aranjuez espera con los brazos abiertos, dispuesta a ofrecer una experiencia inolvidable que dejará una huella imborrable en el corazón de quienes se aventuren a descubrirla.