Cercedilla, con su serpenteante diseño que estimula la imaginación, se alza en el epicentro de la imponente Sierra de Guadarrama, al noroeste de la Comunidad de Madrid, como un genuino tesoro, una joya innata y cultural que cautiva a los aficionados de la naturaleza, la nieve y el esquí. Desde la icónica plaza Mayor, donde el majestuoso Ayuntamiento hace frente al antiguo edificio de las escuelas, hasta las sofisticadas residencias de verano que atestiguan la marcha del tiempo, Cercedilla es un vivo reflejo de su rica historia y vitalidad que perdura en cada rincón.
El patrimonio arquitectónico de Cercedilla nos relata historias de épocas pasadas y del esmero por conservar el valioso legado cultural. El viejo matadero, metamorfoseado en el Centro Cultural Luis Rosales, y el edificio que alberga la sala Joaquín Sorolla, representan ejemplares notables de adaptación para propósitos culturales, resguardando la esencia del pasado. Las villas de verano, con su atemporal elegancia, cuentan una historia de cien años que da fe de la evolución del lugar y las preferencias de aquellos que encontraron en Cercedilla su santuario estival.
El esplendor natural de Cercedilla es un obsequio para los sentidos, enraizado en el hermoso Valle de La Fuenfría y encastrado en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. La antiquísima Calzada Romana, serpenteando al lado de la moderna carretera M-966, resiste el inexorable paso del tiempo, exhibiendo con orgullo fragmentos de su glorioso pasado. Los puentes romanos, como el de la Venta, el del Descalzo y el de En medio, son testigos de la destreza ingenieril de aquella era, mientras que el puente del Molino o del Reajo evoca la historia vivida en las cercanías de la estación de RENFE, una conexión con el pasado ferroviario de la región.
El patrimonio religioso de Cercedilla es una ventana a la espiritualidad y la devoción. La Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, ubicada en el singular Puerto de Navacerrada, exhibe con orgullo su arquitectura de mampuestos y sillares, resaltando la imponente torre rectangular del siglo XVI. La Iglesia Parroquial de San Sebastián, copatrono de la Villa junto a Nuestra Señora de la Natividad, es un edificio de gran relevancia, un paradigma de la arquitectura románica tardía que narra la historia del lugar a través de su planta de cruz latina y sus elementos arquitectónicos exquisitamente diseñados.
La ubicación estratégica de Cercedilla y su desarrollo la han convertido en un punto de referencia turístico y un oasis para las actividades al aire libre. El Puerto de Navacerrada, epicentro de los deportes de invierno y lugar de encuentro para los amantes de la montaña, atrae con su belleza a entusiastas de todas partes. Los miradores y las rutas trazadas en el municipio ofrecen una experiencia única, un regalo para los amantes de la naturaleza que buscan conectar con la espléndida belleza del entorno.
Cercedilla, en la provincia de Madrid, custodia una historia que se remonta a los días del Imperio Romano, como lo evidencian los restos arqueológicos que resisten al paso de los siglos, las antiguas calzadas y los puentes que aún se yerguen con orgullo. Mencionada en obras literarias fundamentales, como las creaciones de Cervantes y Quevedo, Cercedilla ha vivido momentos de esplendor, como la llegada del primer ferrocarril eléctrico de vía estrecha en el siglo XX, un acontecimiento que impulsó la popularidad del Puerto de Navacerrada y consolidó a Cercedilla como un destino de montaña y deportes invernales de renombre.
Este precioso rincón de la Sierra de Guadarrama, con su rica historia, su espléndida naturaleza y su legado cultural, es un regalo inestimable para quienes buscan explorar y apreciar la belleza y la riqueza que esta hermosa localidad madrileña tiene para ofrecer. A lo largo de sus calles, en cada rincón natural y en sus tesoros arquitectónicos, Cercedilla nos invita a sumergirnos en una experiencia única, una celebración de la vida, la historia y la naturaleza que perduran en este rincón encantado.