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San Sebastián de los Reyes, un rincón pintoresco al norte de la bulliciosa ciudad de Madrid, nos recibe con su gracia singular. A unos 18 km de distancia desde el corazón de la capital, este municipio se despliega con una altivez modesta en las laderas que acarician el valle del río Jarama, elevándose a más de 700 metros sobre el nivel del mar. Desde la mitad de la década de los 60, ha experimentado un crecimiento demográfico que, al igual que muchos otros lugares en la comunidad autónoma, ha borrado su identidad rural, sumergiéndolo por completo en el ritmo de vida metropolitano, con una población que ha superado la cifra de 75 mil habitantes. Esta expansión ha tejido puentes entre San Sebastián de los Reyes y la vecina Alcobendas, entrelazando sus destinos urbanos.

Las raíces de San Sebastián de los Reyes se entrelazan con el final del siglo XV, cuando un grupo de campesinos de Alcobendas escaparon de las cadenas del dominio feudal que oprimía sus tierras. Bajo la amparo de los Reyes Católicos, encontraron refugio cerca de la ermita de San Sebastián, homenajeando a los monarcas al incluir una referencia a ellos en el nombre de su nuevo asentamiento.

Parte de las tierras municipales están abrazadas por el abrazo protector de un espacio natural, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, donde el bosque mediterráneo de la Dehesa Boyal ofrece un regalo para aquellos que buscan una conexión íntima con la naturaleza en su forma más auténtica.

El rasgo arquitectónico más resplandeciente de este lugar es, sin lugar a dudas, la iglesia parroquial de San Sebastián, un tesoro edificado en el siglo XVI en un estilo mudéjar que le otorga un carácter distintivo y singular.

San Sebastián de los Reyes también nos invita a visitar el Museo de Artes y Tradiciones Populares, acogido en el edificio conocido como El Caserón, residiendo majestuosamente en la Plaza de la Constitución, o a deleitarnos con las expresiones artísticas que cobran vida en el Auditorio Adolfo Marsillach.

Una de las gemas de este lugar es un festival que ha alcanzado el prestigio de ser declarado fiesta de interés turístico nacional: el Santísimo Cristo de los Remedios. En este evento, destacan los tradicionales encierros, una práctica arraigada desde poco después de la fundación de la ciudad, es decir, desde el siglo XVI, específicamente a partir de 1525. Estas festividades se despliegan a finales de agosto y principios de septiembre, transformando el lugar en una versión en miniatura de la icónica Pamplona.

La fundación de San Sebastián de los Reyes nos remonta a 1492, cuando treinta y dos valientes vecinos de Alcobendas escaparon de las garras del señor feudal Juan Arias de Ávila, señor y futuro conde de Puñonrostro, para establecerse en cabañas cercanas a la ermita de San Sebastián, la cual reposaba en tierras propiedad del Concejo de Madrid.

Históricamente, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas han formado un tejido urbano continuo, apenas separados por dos calles: la avenida de España, donde la acera izquierda pertenece a Alcobendas mientras que la acera derecha es un pilar de San Sebastián de los Reyes, y la avenida de Madrid, donde la acera de los números pares pertenece a San Sebastián de los Reyes, en contraste con los números impares, que encuentran su hogar en Alcobendas.

Así, en la encrucijada entre la historia y la modernidad, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, esos dos vecinos que se abrazan con calles como vínculos y comparten espacios de identidad en pleno crecimiento, forjan su destino conjunto, escribiendo una historia que se nutre de la diversidad y el dinamismo de la vida urbana. Las huellas de un pasado campesino, la ermita de San Sebastián como símbolo de esperanza en tiempos lejanos, se entrelazan con las necesidades y sueños de una población en constante transformación.

San Sebastián de los Reyes, con su panorama de colinas y su altitud modesta que lo eleva sobre la vida ajetreada de la ciudad capital, ofrece una paleta de experiencias, desde la serenidad de su entorno natural hasta la energía de sus festivales. El Museo de Artes y Tradiciones Populares, un tesoro cultural enclavado en El Caserón, nos sumerge en las raíces y la riqueza de sus tradiciones, mientras que el Auditorio Adolfo Marsillach nos brinda un escenario vibrante para la expresión artística contemporánea.

El Santísimo Cristo de los Remedios, con su reconocimiento como fiesta de interés turístico nacional, nos lleva a la esencia de la devoción y la tradición. Sus encierros, arraigados desde el siglo XVI, son un tributo a la valentía de quienes fundaron este lugar y una ventana a la Pamplona en miniatura que se despliega en este rincón.