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En el corazón de la Villa de Valdemorillo, un rincón que atesora un legado histórico de gran relevancia, se teje el encuentro entre la rica tradición ancestral y un futuro promisorio lleno de posibilidades.

Esta localidad, orgullosamente anclada en las profundas raíces del pueblo castellano, es un tesoro cultural que se despliega a lo largo y ancho de sus tierras, cada callejón y rincón evoca la historia y el espíritu de generaciones pasadas. No es solo un lugar geográfico, sino una encrucijada de memorias, donde cada piedra cuenta una historia y cada suspiro de viento lleva consigo el eco de los antepasados. Valdemorillo, con su posición privilegiada en la majestuosa Ruta Imperial, se convierte así en un destino turístico de un encanto inigualable, un faro que atrae a aquellos que desean sumergirse en la esencia misma de la España más auténtica.

La belleza de esta región se presenta como una obra de arte natural, un lienzo cambiante en las diferentes estaciones, donde los colores del otoño pintan un escenario mágico y la primavera despierta con fragancias y colores exuberantes. Las montañas de la "Sierra Rica" abrazan Valdemorillo, protegiéndolo como un tesoro en su valle, mientras que su compromiso con el entorno y la sostenibilidad es un testimonio vivo de su amor por la tierra que lo nutre.

Pero su riqueza va más allá de la naturaleza. Los primeros vestigios de sus orígenes se entrelazan con los humildes restos cerámicos, testigos silenciosos de días pasados a orillas del Ausencia, un río que más que una geografía, representa una identidad, marcando las fronteras de tiempos antiguos, cuando estas tierras eran parte del antiguo Sexmo de Casarrubios, un recuerdo de la conexión profunda con Segovia.

Este pueblo, rico en tradiciones y costumbres, es un vivo testimonio de la vida vibrante que fluye a través de sus calles. Las festividades que se celebran aquí poseen un espíritu popular que deja una huella indeleble en el corazón de quienes las experimentan. Los días 2 y 3 de febrero, las fiestas patronales de la Candelaria y San Blas inundan las calles con alegría y entusiasmo, y la tradicional feria taurina que marca el inicio de la temporada es un evento que trae a la comunidad y visitantes juntos en un espíritu de celebración. La romería de la Virgen de la Esperanza, en junio, resuena como una tradición profundamente arraigada, un vínculo con lo sagrado y un encuentro de comunión y fe. El emotivo acto que la precede el último domingo de abril, cuando los vecinos acompañan la venerada imagen de la Virgen hasta el pueblo, es un tributo a las raíces y valores que unen a la gente de este lugar, siendo recibida en la Plaza del Cristo por la figura venerada de San Isidro, completando juntos el recorrido hasta la iglesia parroquial bajo las cálidas luces del ocaso, es un ritual que mezcla historia, devoción y comunidad en una sola expresión.

Situado a unos 40 kilómetros al este de la vibrante y cosmopolita ciudad de Madrid, Valdemorillo se alza a 815 metros sobre el nivel del mar, una altitud que le otorga una perspectiva única de la belleza de la Sierra de Guadarrama, una presencia imponente que abraza la comunidad y que sirve como escenario majestuoso de la vida cotidiana. Las provincias de Ávila y Segovia, con sus historias y encantos propios, se encuentran cercanas, como recordatorios de la diversidad geográfica y cultural que conforma este rincón de España, añadiendo un toque distintivo a su contexto.

La cercanía del embalse de Valmayor, esa extensión de agua que refleja el cielo y las montañas, le otorga un encanto adicional a este municipio. Las aguas del embalse ofrecen un oasis de tranquilidad y recreación, un lugar donde las familias se reúnen para disfrutar de la naturaleza, donde los deportes acuáticos dan vida al verano y donde el simple acto de contemplar las aguas serenas se convierte en una forma de renovar el espíritu. Este embalse no solo es un regalo para la vista, sino que también ha sido un factor clave en el crecimiento poblacional de Valdemorillo, al atraer a aquellos que buscan un refugio idílico cerca de la ciudad, convirtiéndose en una comunidad en constante crecimiento, en un hogar para nuevos horizontes. Además, una porción de su territorio forma parte del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su Entorno, un tesoro natural protegido por la Comunidad de Madrid, donde la flora y fauna autóctonas encuentran un santuario y donde la gente puede conectar con la esencia pura de la naturaleza, recordando la importancia de preservar y respetar este legado.

La iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, una joya arquitectónica que se alza majestuosa, es el principal monumento artístico que adorna Valdemorillo. Los elementos góticos de su estructura se funden con toques renacentistas que rinden homenaje a la tradición herreriana, un testimonio visual del arte y la espiritualidad que han dejado su marca en esta comunidad a lo largo de los siglos. A su lado, dos edificios notables se alzan como guardianes de la historia y la creatividad. La ermita de Valmayor, un remanso de serenidad rodeado de naturaleza, es un espacio que invita a la reflexión y a la conexión espiritual, un lugar donde las almas pueden encontrar paz en medio de la vorágine del mundo moderno. La antigua fábrica de loza y ladrillo, que ahora ha sido transformada en la sede cultural municipal, es una cápsula del tiempo que nos transporta a una era pasada. En sus días de gloria, esta fábrica produjo piezas de cerámica de renombre en el siglo XIX, sus productos viajaron a través del tiempo, llevando consigo la creatividad y el arte de esta comunidad. Aunque gran parte de la fábrica fue devastada durante la Guerra Civil española, lo que queda es popularmente conocido como las Tres Chimeneas, un testimonio de la resiliencia de este pueblo, un recordatorio del pasado industrial que, lejos de ser olvidado, es abrazado como parte de la identidad y la historia de Valdemorillo.

Las festividades de San Blas, que irrumpen en los primeros días de febrero, resuenan en la región gracias a su destacada feria taurina, un evento que añade un capítulo emocionante al calendario local. La pasión por este antiguo arte, la valentía de los toreros y la emoción que llena el aire, todo ello es parte del legado que se celebra en Valdemorillo. Las calles, por unos días, se convierten en escenarios de tradición y valentía, donde las familias y amigos se reúnen para compartir risas, emociones y un sentido de comunidad que trasciende el tiempo.

La Oficina Municipal de Turismo, ese faro de información y asesoramiento, es la puerta de entrada para aquellos que deseen explorar Valdemorillo. Aquí, no solo se brinda orientación turística a nivel local, sino que también forma parte de un programa mayor, "Madrid, Mad About Info", que conecta las oficinas de información turística de toda la Comunidad de Madrid, como una red que une a los amantes del descubrimiento. En esta oficina, se ofrece una ventana a la historia, la cultura y las bellezas naturales de Valdemorillo, proporcionando información valiosa y detalles sobre los lugares de interés que hacen de esta villa un destino fascinante. Entre los servicios que ofrece, se encuentra la provisión de información y orientación turística, una guía confiable para los viajeros que desean aprovechar al máximo su estancia en esta tierra de maravillas. Además, la organización de visitas guiadas a lugares emblemáticos como la Cueva Museo de Cerámica y Vidrio (CUMVAL), un santuario de creatividad y destreza artística, y La Ruta de la Piedra, un viaje que sigue las huellas históricas de la Comunidad de Madrid, una oportunidad para caminar por las sendas del pasado y aprender de la historia viva que rodea a esta comunidad.

La cultura florece en Valdemorillo, y se expresa de diversas formas a través de sus espacios y actividades. La Casa de Cultura es un verdadero tesoro, un epicentro de proyectos y creatividad que abarcan un espectro amplio y enriquecedor. Los cursos que aquí se imparten son una invitación a la expansión de conocimientos y habilidades, un camino para aprender y crecer. Las exposiciones, como ventanas abiertas al mundo del arte y la cultura, ofrecen un festín para los sentidos y una oportunidad para reflexionar. Los espectáculos, llenos de energía y emoción, iluminan las noches y llenan los corazones de alegría. Los talleres, donde se aprenden nuevas habilidades y se comparte el arte de crear, fomentan la interacción y la creatividad. El teatro, una manifestación única de la esencia humana, cobra vida en Valdemorillo, donde las actuaciones y las representaciones teatrales son una forma de contar historias y tocar el alma del público. Las enseñanzas artísticas, la escuela de música y danza, son un regalo para aquellos que desean sumergirse en las melodías y los movimientos que hacen vibrar el espíritu.

La biblioteca municipal, ese santuario del conocimiento y la imaginación, es un lugar donde la literatura cobra vida. Aquí, los amantes de las letras pueden explorar un vasto mundo de palabras y emociones, donde cada libro es una puerta hacia nuevos mundos y horizontes. Las actividades de la bebeteca son un regalo para los más pequeños, una introducción temprana al amor por la lectura, un comienzo para una vida llena de descubrimientos. Los recitales, donde la poesía y la prosa se convierten en música para los oídos, son una experiencia emocionante que nos conecta con las palabras y las emociones que fluyen de los escritores. Las exposiciones, que muestran el arte y la creatividad en todas sus formas, son un recordatorio constante de la capacidad humana para expresar lo que yace en el corazón.

Pero la formación y el aprendizaje no se limitan a los jóvenes. La escuela de adultos es un faro de oportunidades para aquellos que desean seguir creciendo, seguir aprendiendo, y abrazar la vida con una mentalidad curiosa y en constante evolución. Ofreciendo una plataforma para la expansión de conocimientos y habilidades, esta institución es una inversión en el futuro, un camino que se abre para los valientes que desean seguir explorando y aprendiendo, sin importar la edad.

Valdemorillo no es simplemente un punto en el mapa, sino una joya de tradición y una puerta abierta hacia un futuro lleno de promesas. Su paisaje, con su encanto cambiante en las diferentes estaciones, es como un poema que se despliega ante los ojos de quienes lo contemplan, una inspiración que se renueva cada día. Su rica historia, arraigada en cada calle y edificio, es un recordatorio constante de la profundidad de las raíces que nos unen con el pasado, una lección que nos habla de quienes somos y de dónde venimos. Sus vibrantes actividades culturales, desde las festividades que llenan las calles de alegría hasta las enseñanzas artísticas que nutren el espíritu, son una expresión de la vitalidad y el amor por la vida que llena los corazones de los valdemorillenses. Este es un destino que atrae a visitantes con su encanto único, que les sumerge en una experiencia que es, a la vez, un tributo a las raíces y una mirada al horizonte. Valdemorillo es un lugar donde el pasado se entrelaza con el presente y el futuro, forjando una narrativa que merece ser explorada y compartida, una historia que se encuentra en cada calle, cada edificio, cada sonrisa y cada paso. Un rincón donde las tradiciones encuentran su hogar, donde el espíritu de comunidad es palpable, y donde la cultura y el aprendizaje son pilares que sostienen el tejido de la vida. En Valdemorillo, uno puede sentirse conectado con lo que realmente importa, con las raíces, con la creatividad, con la comunidad, con el aprendizaje constante, con el amor por la vida.