El pintoresco municipio de Villalbilla, que yace en la exuberante región suroeste de la Comunidad de Madrid, es un lugar enraizado en la historia, cuyas raíces se extienden hasta el siglo XVI. Fue en el año 1554 cuando esta tierra obtuvo con orgullo el codiciado título de "Villa", liberándose con ello de las ataduras de la jurisdicción de Alcalá. Durante este crucial siglo, el XVI, se forjaron los cimientos de lo que hoy conocemos como la distintiva identidad de Villalbilla.
Esta joya está ubicada en el vasto territorio del reino de Toledo, específicamente en la provincia de Alcalá. A pesar de su riqueza agrícola, donde los campos de trigo, cebada, avena, centeno, vides y olivos florecen, Villalbilla carece de montañas. Aquí, las colinas de verde suavidad contrastan con la robustez de los picos, llevando a la gente a depender de las leñas obtenidas de sus olivos y viñas. Además, esta comunidad cuenta con una valiosa dehesa, donde la leña se vende y la caza se arrienda, generando un ingreso sustancial que enriquece la vida de sus habitantes.
El entorno que rodea Villalbilla regala vistas panorámicas de una belleza asombrosa, especialmente cuando uno se encuentra en los miradores a lo largo de los caminos serpenteantes. Desde estos privilegiados puntos de observación, el paisaje se despliega como un cuadro en movimiento, revelando las lejanías de la majestuosa sierra de Guadarrama con sus picos perfilados, una imagen que se graba en la memoria. Uno de los caminos más destacados es aquel que nos guía al conocido manantial de la Hontanilla, una fuente de vida que ha sido testigo de generaciones.
Dentro del término municipal de Villalbilla, descubrimos el encantador pueblo de Los Hueros, ubicado al noroeste del casco histórico. Cada una de estas poblaciones tiene su propia iglesia parroquial, ambas dedicadas a la venerable Nuestra Señora de la Asunción. La iglesia de Villalbilla, rodeada por un muro de sillarejo, parece erguirse sobre cimientos de una estructura más antigua, una conexión tangible con los tiempos que precedieron. Al ingresar a su interior, nos encontramos con la capilla del patrón del pueblo, el Cristo de la Guía, cuya presencia data del siglo XVIII, una reliquia de devoción y tradición.
La iglesia de Los Hueros, que fue anexionada a la iglesia de Santiago de Alcalá de Henares en 1503, es una joya arquitectónica que data de finales del XVI o principios del XVII. Sus muros están construidos con la robustez de la mampostería de piedra y cajones de ladrillo, una obra que refleja la destreza de sus constructores. Pero lo que más destaca es su airosa espadaña que adorna la fachada de poniente, un impresionante detalle tallado en sillería caliza que atrae las miradas de quienes la contemplan. Además, Los Hueros también cuenta con una Casa de Cultura, un espacio dedicado a la creatividad y el aprendizaje.
Uno de los lugares más placenteros, lejos de las bulliciosas calles de las poblaciones, es el antiguo lavadero, conocido cariñosamente como la "fuente de Arriba" o la "fuente de las Mujeres", que ha sido restaurado recientemente para preservar su encanto atemporal. Esta joya de la arquitectura popular, que data del siglo XVII, cumplía con diversas funciones en la vida cotidiana de la comunidad. Era una fuente vital para la obtención de agua, un abrevadero indispensable para el ganado, y un lavadero público donde las mujeres se reunían para realizar su labor y compartir noticias. A principios del siglo XX, se agregó un techado de teja, un detalle que añade carácter a esta histórica estructura.
Durante todo el año, Villalbilla se erige como un destino que ofrece innumerables oportunidades turísticas, pero es en las festividades cuando adquiere un brillo especial, convirtiéndose en un escaparate ideal para explorar sus rincones históricos y sumergirse en su belleza natural. Desde los monumentos emblemáticos que atestiguan su rica historia hasta las rutas que atraviesan la exuberante naturaleza circundante, el municipio extiende una cálida bienvenida a vecinos y visitantes por igual, invitándolos a ser parte de su encantador relato. Cada calle, cada rincón, cuenta una historia que merece ser descubierta, compartida y preservada, y Villalbilla es el lugar donde esta historia cobra vida.